domingo, 2 de junio de 2013

CUANDO YO SOÑABA UN MUNDO AL REVÉS (Y 2) El currículo escolar (Publicado en Escuela el 6.06.13)


CUANDO YO SOÑABA UN MUNDO AL REVÉS (Y 2)

El currículo escolar

El ministro de educación de España, del que hablaba en el anterior artículo, se sentía muy orgulloso de las medidas que habían permitido incrementar las plazas de educación infantil, aumentar el profesorado de Primaria para poder organizar grupos más reducidos en determinadas horas, generalizar los programas de apoyo y refuerzo para atender tanto al alumnado con mayores dificultades de aprendizaje como al alumnado con mayor capacidad y motivación por aprender.

También comprobó que el hecho de fomentar una mayor participación de las familias así como dar más competencias al consejo escolar, estaba provocando una mayor implicación de las familias, en colaboración con el profesorado, en la resolución de los problemas que se dan en el día a día de los centros.

Estaba toda la comunidad educativa muy animada por el buen funcionamiento de las medidas que se estaban aplicando y por el alto consenso logrado con las organizaciones políticas y sociales, lo que iba a garantizar esa añorada estabilidad del sistema educativo. Por todo ello, el ministro decidió continuar el mismo procedimiento para seguir repasando los principales problemas de la educación y las posibles soluciones a los mismos.

Ahora, decidieron abordar el viejo debate en torno al currículo escolar. En primer lugar repasaron los innumerables cambios curriculares de las últimas décadas. Y después del clásico “el alumnado cada día sabe menos”, tópico que se repite en todos los países y en todas las generaciones, pudieron observar como la humanidad avanza en todos los ámbitos del conocimiento a pesar de que, según la observación “científica” de algunos, cada generación sabe menos que la anterior.

Compartieron que los cambios en los contenidos escolares obedecen a nuevas demandas sociales, como los temas transversales, a las nuevas necesidades de formación derivadas de los cambios sociales, económicos y culturales, a los desarrollos científicos y tecnológicos, a la interculturalidad. En otras ocasiones, son los resultados de algunos informes internacionales, como ha sucedido con el informe PISA, lo que provoca propuestas de refuerzo de algunas materias en el currículo escolar.
El problema es que el horario escolar no es infinito, por lo que la decisión de introducir nuevos contenidos debería obligar, en principio, a renunciar a la enseñanza y el aprendizaje de otros. Pero todos sabemos que la tarea no es fácil. La mayoría de las materias presentes en el currículo cuentan con una larga tradición y con colectivos que se reconocen en ellas, lo que en la práctica provoca debates apasionados sobre la importancia de algunas materias, las que se pretende recortar, y salen en su defensa todos los colectivos, que, por uno u otro motivo, se consideran agraviados por el posible recorte anunciado.

Por todo ello, lo habitual no es la sustitución de unos contenidos por otros, sino la ampliación y la introducción de nuevos contenidos. El resultado de la aplicación reiterada de esta lógica acumulativa a las revisiones del currículo de la educación básica son unos programas excesivos, por no decir imposibles. Al poner juntos todos los contenidos de las diferentes áreas y materias, más los temas transversales de la Educación Primaria y de la Educación Secundaria Obligatoria, llegaron a la conclusión de que el resultado es inabarcable. Además, la exigencia que tiene el profesorado de dar completos unos programas tan extensos provoca, en numerosas ocasiones, un tratamiento superficial y una metodología puramente transmisiva, lo que dificulta enormemente el aprendizaje del alumnado.

Convinieron que lo que está en cuestión no es el número de horas atribuidas a determinada materia en el horario escolar, sino la capacidad de la educación obligatoria de proporcionar al alumnado la renta cultural básica que necesita para su desarrollo personal y profesional. Lo que necesita si pensamos en su futuro, no en nuestro pasado. Por ello, para que las decisiones sobre el currículo escolar no estuvieran sometidas a los cambios de gobierno ni a las negociaciones con distintos colectivos profesionales, acordaron constituir un órgano estable formado por personas expertas en diferentes ámbitos que tuviera la función de establecer y actualizar esa “renta cultural básica” que se debe garantizar en la educación obligatoria a todo el alumnado.

Había una vez un ministro … y había también un lobito bueno al que maltrataban todos los corderos. Todas estas cosas había una vez cuando yo soñaba un mundo al revés.

MIGUEL SOLER

1 comentario:

  1. Soñando, soñando y con el mazo dando (Versión laica del refrán) http://www.change.org/es/peticiones/ministro-de-educaci%C3%B3n-jos%C3%A9-ignacio-wert-retirada-anteproyecto-ley-lomce-y-di%C3%A1logo-con-comunidad-educativa

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